viernes, 15 de octubre de 2010

El enganche de las sirenas

por Johanna L.

Letras y números han mantenido siempre una estrecha relación a lo largo de la historia, compleja a veces, imposible en otras, pero siempre muy pendientes las unas de los otros. (...) Esto se traduce en un mercado literario cuyo paisaje ha empezado a transformarse en busca de un lugar seguro. "Los grandes autores venden ahora más que nunca y cuesta más lanzar a los recién llegados", dice Anik Lapointe, editora de RBA (...) "La literatura clásica se vende muy poco, mucho menos que antes", comenta Eva Cuenca, de Mondadori. (...) Algo en lo que coinciden todos los editores consultados es precisamente en lo que llaman "la desaparición de la clase media". Esa nebulosa poblada por escritores que resultaban clave para matizar los catálogos y con una sólida base de lectores se tambalea ahora a medida que el mercado vira y se inclina hacia uno u otro extremo. (...) Para Anik Lapointe, de RBA, el ya mencionado género negro es el gran beneficiario de la actual situación económica. (...) La cuestión es que las sagas detectivescas jamás habían sido tan populares como ahora, (...) La editora de RBA apunta también a otro de esos factores que no beben en la sequía económica y que conectan con otro boom reciente: "Los libros que pertenecen a una serie, en la que el protagonista se repite de un volumen a otro, también genera un rendimiento excelente y en cierta forma recuerdan al formato episódico de la televisión, que es algo que engancha mucho. 

© Johanna Lozoya
Tomo un poco de café y dejo sobre la mesa este artículo que se ha publicado en El País el pasado sábado dos de septiembre. Me inquieta el título "El refugio de los lectores".  Pienso en la palabra refugio. Parece, efectivamente, sacada de las novelas detectivescas a las que alude. A esas que, en honor a la verdad "enganchan" y enganchan a miles sobre todo cuando se articulan en la pantalla. Y eso está bien, digo yo (personalmente hay algunas que me gustan mucho) ...pero hay algo que... no sé. Lo del refugio y del enganche,  lo del boom, boom del bang, bang me recuerda a las virtudes del fast food: rápida, elemental y barata. Aunque lo último no procede: al menos en este país, el precio de un bestseller es lo que la clase media (esa que dicen que está desapareciendo) paga por un estofado de carne.  

Y luego están las novelas de vampiros que rebosan en los estantes de "Novedades". Otro género beneficiario de la actual situación económica. Estos seres están tan deteriorados como la clase media: neuróticos,  tristes e irremediablemente mortales. ¿Dónde quedó la sensualidad y los rayos del sol? Ahora son tan cool, que en lugar de incinerarse con la luz del día, se les llena el cuerpo de brillitos. Una especie para Green Peace, diría yo. ¿ Y qué hay de los temas cliché? Temas  de primera importancia que se han transformado en producto de consumo inserto en una red de mercado envidiable: el 11 de septiembre, la guerra de Irak, el contrabando de jóvenes africanas, los inmigrantes musulmanes en las cumbres asturianas, las mafias rusas o los machines del narcotráfico latinoamericano... "es algo que engancha mucho". 


Tomo otro poco de café. Debe ser que hay días en que uno amanece con nubarrones a lo Pessoa : " hay momentos en que todo cansa, hasta lo que nos descansaría". Sólo una cosa me pregunto: ¿realmente está desapareciendo la clase media como autora y lectora literaria? Bajo mi punto de vista, en las últimas décadas el nivel económico y de consumo de esta clase social ha sido adquirido por un mayor sector de la población. Se ha mejorado el nivel económico ¿pero acaso estos nuevos mundos han adquirido los valores e imaginarios de eso que se ha definido con ortodoxia en este artículo como "la clase media"?

 

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